Imágenes recibidas : Saturday, 19 June

19 de junio

Una vez, cuando yo era pequeño, mis abuelos, a los que les gustaba recorrer el mundo, viajaron a París y me trajeron de regalo una de esas bolas de vidrio que, cuando uno las agita, parece que adentro cayera nieve. Desde entonces, la conservo en mi mesita de luz. Cada vez que la observo, me acuerdo de que, cuando me la dieron, mi abuela me llevó a un costado y me dijo algo que me dejó pensando durante años. Me dijo que, no importaba lo diferente que yo fuera a mis hermanos, para ella yo siempre sería su nieto preferido. ¿Acaso yo era diferente? ¿Diferente en qué sentido? Automáticamente busqué mi reflejo en el vidrio convexo de la bola y, entonces, es como si me hubiera visto a mí mismo por primera vez: frente a mis ojos no había otro ser que un inconstante y esférico niño-burbuja!